No debemos engañarnos
sabemos que pasa el tiempo
porque cada vez esquivamos
más rostros en el camino
II
puede gritarlo el corazón
y negarlo el gesto
(un rostro siempre es un misterio
una tríste víscera no)
III
de su desdén aprendí
que mi amar es como el musgo
y hasta en las piedras más frías
puedo echar raíz.
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