Nací apenas ayer,
con mi ombligo animal
raíz de carne
que aún busca
su placenta
entre agua y tierra.
Principio y fin
de otro
soy.
Nada entre nadas.
Vago perfil
que esconde
entre las sombras
la escamada cola
del saurio.
Mínima historia fetal
con el peso cósmico
a la espalda, y
la bíblica maldición
en la cabeza.
Tú y yo…
lo mismo todos
arcángeles intermedios
con la tremenda nostalgia
de nuestra pelambre
de simios.
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Mordieron la manzana